Hasta hace un par de años, cuando uno contaba que estudiaba periodismo, la pregunta inmediatamente posterior era ¿Tele, radio o gráfica? Hoy, es otra. ¿Estás del lado del Gobierno o del Grupo Clarin?
Es una lástima que sea todo blanco o negro. Basándome en lo que aprendí en estos 5 años de estudios ninguno de los dos “bandos” reivindica al ejercicio periodístico. El Gobierno corriendo tras su objetivo político y Clarín enceguecido por sus intereses económicos. Es una lástima que lo que sostenía Martín Becerra en “La inmaculada concepción de los medios” sea tan cierto: “En el ejercicio del periodismo, que está ceñido por la fusión entre interés económico, línea editorial y compromisos políticos, se diluye la preocupación por el lector”.
Repasemos lo que sucedió en apenas 72 horas.
El domingo y el bloqueo a Clarin.TN lo tomó cual si fuera un tema de estado. Placa roja de urgente y frases teñidas de dramatismo. Desfilaban políticos opositores en defensa el grupo mediático como si ellos mismos no tuvieran las herramientas suficientes para defenderse. Está mal; nadie debería impedir la libre circulación de ningún elemento informativo, pero después de tanto desconcierto y acusaciones cruzadas uno no sabe a quién señalar como responsable.
Ayer, la transmisión de la entrega del premio Rodolfo Walsh a Hugo Chávez en la Universidad Nacional de La Plata fue asquerosa. En primer lugar, que el reconocido sea el Presidente venezolano suena más a chiste que a noticia (Tanto como que Obama sea premio Nobel de la Paz, eso no se discute). Por otra parte, que la seguridad haya estado en manos de Quebracho habla a las claras de que no se trató de un acto sin fines políticos. Cuando las cámaras (ya hablaremos de cuáles) enfocaban al público con sus banderas y cánticos, se develaba cualquier tipo de incógnita. Ya que nombramos a las banderas, el agasajado en medio de su discurso citó a un gran pensador contemporáneo (¿?) “cómo dice Máximo Kirchner, las banderas no se compran, se hacen”. Y retomando el tema de las cámaras, en un acto donde se premiaba a la libertad de expresión, sólo pudieron estar en primera fila los camarógrafos de Canal 7. Y no me vengan con que si Cablevisión y Multicanal permitieran ver TeleSUR hubiésemos tenido más opciones… Una Universidad que otorga el premio con el nombre de un periodista emblema de una de las épocas más oscuras y tristes de la historia Argentina, tendría que haber planteado el evento como algo masivo y no con un criterio de selección tan político.
De 6,7,8 no voy a hablar… Eso ni siquiera es periodismo.
No quiero ni el blanco ni el negro, prefiero buscar los grises y mantener despierto mi espíritu crítico.